A miles de metros por encima de Genosha, el agente de Arma X
conocido con el nombre en clave de “Wolverine” cae al vacío con el único
paracaídas que había en el avión pegado a su espalda. Sonríe al pensar que el
avión ya se habrá estrellado mandando al infierno tanto al tal “Cíclope” como
al traidor de Alex Summers. Un rayo carmesí golpea por la espalda a Logan,
dejando claro que Scott ha saltado del avión junto a su malherido hermano,
Alex. Aprovechando el aturdimiento de Logan, Scott consigue arrebatarle el
paracaídas. Por un segundo el joven Summers piensa en salvar tanto la vida de
su hermano como la del cabrón canadiense que ha intentado matarlos, pero éste
último pesa como si llevara los huesos forrados de hierro y el paracaídas no
aguantará tanto peso. Dejando caer a Logan al vacío, Scott sostiene a su
hermano con fuerza mientras ve como el viento los lleva camino de las costas de
Genosha…
Parece que Pietro no volverá a correr en una temporada... |
No muy lejos de allí, al mismo tiempo, Eric y Jean se
encuentran de nuevo en el cubil subterráneo que sirve de cuartel general para
el general Fabian Cortez y las mermadas fuerzas rebeldes de Genosha. El lugar
se ha convertido en un improvisado hospital de campaña donde se intenta curar y
aliviar a las docenas de mutantes que, con la ayuda de Eric y – sobre todo –
Jean, han conseguido rescatar de una de las “granjas” genoshanas. Cortez
informa a Eric de la terrible verdad sobre este país: Genosha es el centro
neurálgico de una red internacional de tráfico de órganos. Órganos de mutantes que
posteriormente son implantados a clientes capaces de pagar astronómicas cifras
con tal de disfrutar de una visión de rayos X o de hacerse una transfusión de
sangre mutante que les permita desarrollar una fuerza sobrehumana u otras
capacidades asombrosas. Eric, que penas ha terminado de digerir aun la
atrocidad que le narra Cortez, escucha las pocas palabras que consigue
pronunciar su debilitado hijo, Pietro, antes de volver a caer inconsciente:
“Pro… proyecto… Exter… Exterminio…”. Y pronuncia las palabras señalando una de
las pantallas del cuartel general, en la que se ven noticias sobre la inminente
visita de inspectores de las Naciones Unidas a Genosha tras la crisis sufrida.
Entre tanto, en Estados Unidos, Bolivar Trask contempla esas
mismas imágenes en uno de los monitores que hay en el centro de mando de la
unidad móvil de Arma X. Allí se encuentra retenido Charles Xavier, cuyos
poderes psíquicos se encuentran anulados por un extraño casco. Trask deja claro
que de no ser porque le han dado órdenes específicas de mantenerlo con vida,
habría dejado que su prototipo Nimrod hubiese acabado con la vida de Xavier.
Éste intenta mantener la compostura, asegurando a Trask que no conseguirá lo
que se propone: que su creación morderá el polvo. Antes de marcharse, y sin
dejar de mirar las imágenes procedentes de Genosha, Trask dedica una última
frase a Xavier: “No puedes parar lo que está a punto de pasar, Charles.”
A cientos de kilómetros de allí, en las costas de Genosha,
un niño que trataba de pescar algo entre las rocas presencia como Scott sale
del agua, llevando consigo a su hermano Alex. Éste ha perdido mucha sangre y
Scott trata por todos los medios de frenar la hemorragia que sufre. Tan
enfrascado está en la labor que a punto está de ser pillado por sorpresa por
Logan quien, pese a las terribles lesiones, ha conseguido sobrevivir a la
caída. Su regeneración le permite mantenerse en pié… pero no evita que, de
nuevo, Scott lo deje fuera de juego con uno de sus rayos ópticos. Si bien las
garras parece que no le servirán de argumento, Logan huele la sangre que emana
del cuerpo de Alex. El canadiense advierte a Scott que su hermano no saldrá de
ésta con vida sin un hospital. Él conoce Genosha y puede ayudarle. Scott
preferiría nadar entre cocodrilos hambrientos antes que tener a esa mala bestia
de guía en suelo hostil… pero acepta sabiendo que no le queda elección.
No muy lejos de allí, en el cubil de la resistencia
genoshana, Fabian Cortez revela a Eric y Jean lo que Pietro quiso decir con
“Proyecto Exterminio”: al parecer, el gobierno de Estados Unidos sabía
perfectamente lo que pasaba en Genosha (de ahí su respuesta tan inmediata
cuando se inició toda la crisis) Sin embargo, si los inspectores de las
Naciones Unidas llegasen a descubrir las “granjas”, estallaría un escándalo que
provocaría un terremoto político a escala internacional. Para evitarlo, el
presidente genoshano dispone de un dispositivo que está conectado a todas las
granjas que hay repartidas por la isla. Con pulsar un solo botón, las convertirá
en cenizas… borrando toda prueba de las atrocidades allí cometidas. Hay docenas
de granjas y los inspectores aterrizarán en Genosha en apenas cinco horas. La
única opción es evitar que el presidente Moreau active el dispositivo. Y para
ello sólo hay un camino: asaltar el parlamento de Genosha, el edificio en el
que Moreau se ha recluido desde el inicio de la crisis. Cortez afirma que
intentar un asalto al parlamento es poco menos que imposible – sobre todo con
unas fuerzas tan diezmadas como las suyas. Sin embargo eso no parece intimidar
ni a Eric ni a Jean. Ambos, tras lo visto y vivido en el asalto a la “granja”,
parecen más dispuestos que nunca a plantar batalla.
Entre tanto, en los Estados Unidos, Xavier permanece
recluido en el interior del camión que sirve de puesto móvil de Arma X, bajo la
vigilancia de Mystique: la agente multiforme que se hizo pasar por Jean. Xavier
la recuerda vagamente, de cuando él trabajó para Arma X. Pese al rencor que
ella parece guardarle – puesto que lo considera un terrorista al mismo nivel
que Eric Lensherr – Xavier consigue convencerla para que lo libere. Finalmente,
la convence explotando que Trask parece obsesionado con agredir a los que, como
la propia Mystique, hacen gala de capacidades sobrehumanas. Xavier le asegura
que la isla Muir no es ningún nido de terroristas como ha podido definirlo
Trask, sino un refugio en el que hay gente como ellos, gente con poderes
especiales… y que muchos de ellos son jóvenes. Incluso niños. Habiéndolo
liberado de las esposas y despojándolo del casco, la agente “Mystique” entrega
una llave inglesa a Xavier y le pide que, antes de escapar, la deje
inconsciente: “esto tiene que parecer real, ¿vale?”.
Poco después, en Genosha, Eric y Jean viajan a bordo de uno
de los todoterrenos de los magistrados genoshanos que pudieron robar en la
“granja” que asaltaron. Llevando uniformes y acompañados por Cortez, viajan
rumbo a la capital: Hammer Bay. Viendo que Jean parece nerviosa e insegura,
Eric trata de calmarla asegurándole que está orgulloso de cómo se está
comportando sobre el terreno: le asegura que la considera tan importante como
si fuese uno de sus hijos. Antes de que Jean pueda siquiera responder, el
todoterreno pega un frenazo. Un cuerpo yace en mitad de la carretera. La
distracción basta para que Scott salte de entre los matorrales, dispuesto a
atacar a quienes cree magistrados. Sin embargo, cual no será su sorpresa al
comprobar que aquel al que estaba a punto de golpear con una barra de hierro…
es Jean. La confusión se apodera tanto del joven Summers como de Jean y Eric,
que apenas si pueden reaccionar. Para cuando cae en la cuenta de que Logan ha
aprovechado ese momento para escapar, Scott corre intentando seguirle. Sin
embargo, es inútil: el canadiense se ha escabullido… y Scott descubre que se ha
llevado con él a su malherido hermano Alex.
A cientos de kilómetros de allí, en Estados Unidos, el
agente de Arma X “Sabertooth” Creed regresa de hacer sus necesidades en el
bosque, encontrando las compuertas del camión abiertas. Intuyendo problemas,
olfatea el aire y capta el rastro de su viejo conocido, “Charlie” Xavier.
“Sabertooth” Creed se mueve entre los árboles, muy cerca de donde se esconde el
profesor. Sin embargo, antes de que lo encuentre, Xavier consigue entrar en su
mente: sin el casco anulando sus poderes, apoderarse de su voluntad le resulta
sencillo. Creed se da la vuelta y, mirando a Xavier, le dice: “Tu mandas,
Charlie… ¿A dónde vamos?” Charles se limita a mirar en dirección a Isla
Muir, esperando que no sea demasiado tarde.
Entre tanto, de vuelta a Genosha, el reencontrado grupo de
Eric, Jean y Scott se pone al día mientras atraviesan el sistema de
alcantarillado que recorre el subsuelo bajo el impenetrable parlamento
genoshano. Pese a que sabe que su hermano corre peligro, las palabras de Eric
convencen a Scott de que evitar la muerte de cientos de personas es más
importante que una única vida… aunque sea la de Alex. Cortez hace una señal al
resto del grupo, mostrándoles una red de láseres que recubren las alcantarillas
que pasan bajo el parlamento. Habiendo visto al otro lado del túnel el panel de
control de los láseres, Jean indica a Scott que lance un rayo óptico
concentrado contra ellos. El plan funciona y el grupo se dispone a acceder al
interior del parlamento… justo cuando se descubre que Logan los ha seguido
desde el primer momento. El ataque del canadiense, pese a que no evita que el
equipo acceda al edificio, logra que se vean obligados a tomar caminos
separados. De esta manera, mientras Scott y Jean deben hacer frente a las
tropas de los magistrados que irrumpen en la planta baja ante el sonar de las
alarmas; Eric, acompañado de Cortez, va subiendo piso por piso, cubriéndose las
espaldas mutuamente mientras avanzan hasta la última planta.
Al mismo tiempo, en Estados Unidos, Xavier llega hasta las
puertas de la Isla Muir. El rastro de destrucción que hay en el exterior deja
claro que Nimrod debe encontrarse ya dentro. Xavier parece dispuesto a usar a
“Sabertooth” Creed para enfrentarse a la creación de Trask, pero “Mystique” se
lo impide: “dices que haces todo esto para salvar a los que son como nosotros…
y quieres usar a mi compañero como chaleco antibalas.” Aun sabiendo que es
prácticamente un suicidio, Xavier decide dejar fuera a Creed y se interna él
solo en los pasillos de las destrozadas instalaciones de Isla Muir.
El parlamento genoshano. |
Entre tanto, en Genosha, Jean y Scott han conseguido subir
bastantes pisos hasta llegar a un enorme patio al aire libre, ubicado en una de
las últimas plantas del rascacielos que sirve de parlamento a Genosha. Mientras
un helicóptero de combate sobrevuela las inmediaciones, buscándolos; Jean cura
alguna de las heridas de Scott… mientras él se da cuenta que si ha dejado atrás
a su hermano es algo más por salvar cientos de vidas: lo ha hecho por seguir a
Jean. Antes que Scott pueda decir nada, la voz de Logan lo interrumpe. Cuando
miran en esa dirección, Jean y Scott ven como el canadiense, escoltado por
varios soldados genoshanos, retiene a un inconsciente Alex Summers, poniendo
sus garras en su gaznate.
“¿Has perdido algo… “Cíclope”? ¡Sé que andas por aquí!
¡Puedo olerte, canijo! ¡A ti y a esa zorra pelirroja! ¡Entregaos!” - James Howlett (Codename: "Wolverine")
Al mismo tiempo, Eric y Cortez consiguen llegar hasta el
inmenso despacho del presidente genoshano, David Moreau. Éste, sin embargo, parece
extrañamente calmado a pesar de las amenazas de Eric. De hecho es el propio
Eric quien recibe un fuerte culatazo por la espalda, revelándose la traición de
Cortez.
A miles de kilómetros de allí, en Estados Unidos, Xavier
recorre los desolados pasillos de las instalaciones de Isla Muir, contemplando
los destrozos ocasionados por la imparable creación de Trask. Al girar una
esquina está a punto de ser atacado por una asustadísima Moira McTaggert, quien
le cuenta lo que ha pasado: le describe como un extraño individuo vestido de
negro ha irrumpido, dejando fuera de combate al personal de seguridad. Ni
siquiera pudieron frenarlo aquellos dotados de poderes como los pacientes que
había traído Xavier en el pasado (como el indestructible Cain Marko o la ex –
agente de Arma X, “Rogue”). Moira le dice que ha llevado los cuerpos de
aquellos que tenían poderes a la morgue. Y que se ha encerrado allí con ellos.
Xavier mira escaleras abajo, sabiendo que ha llegado la hora de enfrentarse a
la creación de Trask.
Entre tanto, en la terraza-atrio del paralmento genoshano,
Scott planta cara al amenazante canadiense, provocándole lo suficiente como
para que, habiendo perdido los nervios, Logan tenga un arranque de furia y
salte sobre él. Con un certero rayo óptico, Scott arroja al canadiense por los
aires, haciéndolo caer por la cornisa. Viendo caer a Logan, los magistrados
entran en acción – tanto el escuadrón que lo escoltaba como el helicóptero que
ha sobrevolado la terraza desde el principio. Antes de que puedan apretar el
gatillo de sus armas, Jean se incorpora con fuerzas renovadas. Y desencadena
una buena parte de su poder. Una bocanada de fuego telequinético lo arrasa todo
a su alrededor, llevándose por delante tanto a los magistrados que escoltaban a
Logan como al helicóptero, provocando que éste acabe estrellándose contra el
suelo de la plaza del parlamento. Entre el humo y las llamas, Scott alcanza a
ver a Jean, la cual permanece de pié en el epicentro de la explosión: a su
alrededor, las cenizas conforman la silueta de un ave de presa.
William Fichtner es el presidente de Genosha, David Moreau |
Al mismo tiempo, en la última planta del parlamento
genoshano, tanto Eric como Cortez y el presidente Moreau sienten el temblor del
poder de Jean desencadenado. Consciente de lo que eso significa, el presidente
Moreau clava una funesta mirada en Eric.
“¿No lo comprendes? No van a dejar que se sepa lo que pasa
en Genosha. No van a dejar nada que pueda comprometerlos…” - David Moreau, presidente de Genosha.
Los periodistas, que estaban en la plaza tratando de cubrir
la supuesta toma del parlamento por un comando de rebeldes genoshanos; no
fueron los únicos en ver el estallido de fuego: a pocos kilómetros de la costa,
la explosión es captada por los oficiales al mando de la flota americana. Una
rápida confirmación por parte del Pentágono y la Casa Blanca basta para dar luz
verde a algo llamado “Protocolo Tolerancia Cero.” Pocos segundos después, el
capitán de un submarino nuclear próximo a las costas de Genosha recibe la
autorización de disparar una cabeza nuclear contra la isla.
Mientras Jean y Scott ven como en el horizonte aparece la
amenazante estela de una cabeza nuclear disparada contra la Genosha, Eric se
acerca al ventanal del despacho presidencial, dejando que Cortez y el
presidente Moreau escapen, en un intento por salvar el pellejo. Desde el filo
de la ventana, contempla el misil aproximándose a gran velocidad. Sabe que
nunca ha hecho nada como lo que está a punto de intentar. Y si fracasa, toda
Genosha se convertirá en un erial nuclear.
Entre tanto, a miles de kilómetros de allí, en las
instalaciones de la Isla Muir, Charles Xavier baja las escaleras que conducen a
la morgue. Un par de hombres del personal de seguridad lo acompañan, pistolas
en mano. Bajo la tenue luz de las lámparas de autopsia, Nimrod ha colocado en
una pila los cuerpos de los mutantes que se encontraban recluidos en Isla Muir.
Yacen inconscientes pero viendo las latas de gasolina que Nimrod lleva consigo
y la cámara de vídeo que está preparando, Xavier intuye lo que un sádico como
Trask le ha ordenado hacer. Sin embargo, el plan que ha urdido para frenar a
Nimrod fracasa: la sobrecarga de los sistemas eléctricos del edificio que Moira
provoca desde el panel de mandos del laboratorio principal no basta para crear
interferencias en los sistemas de la máquina asesina creada por Trask. Antes
que Xavier consiga destrozar la cámara, Nimrod ya ha neutralizado a los
guardias de seguridad. Mientras su mano mecánica se cierra en torno a su
cuello, Xavier contempla como Nimrod lo mira con ojos que, pese a parecer
humanos, esconden microcámaras. Y es la voz de Trask la que suena a través de
las cuerdas vocales electrónicas de Nimrod.
“Sabía que necesitabas un incentivo para escapar de Arma X,
Charles. ¿Sabes? Ellos no me dejaban matarte. Pero ahora… podrás unirte al
funesto destino que le espera a tu especie. Y… Oh. Espera un segundo… Creo que
vas a querer ver esto.” – Bolivar Trask.
Tom Welling es "Nimrod" |
A través de un dispositivo de proyección holográfica, Trask
le muestra a Xavier lo que medio mundo está viendo en estos momentos. La escena
que se repite en informativos a lo largo y ancho del globo muestra como un
hombre sale flotando de la última planta del parlamento de Genosha. Y, ante el
estupor del mundo entero, frena en el aire el avance de un misil
intercontinental, dejándolo flotando a pocos metros de chocar contra la fachada
del edificio. Mientras, Trask se mofa de Xavier, asegurándole que no tiene por
qué preocuparse: “no te preocupes por tu amigo Lensherr, Charles… él también
estará muerto en pocos segundos.”
Sin embargo, Xavier reacciona golpeando con fuerza una de
las bandejas de material médico de la morgue. Atrapando al vuelo un bisturí, lo
clava en uno de los receptores visuales de Nimrod. Aunque no lo detiene, basta
para que lo deje libre. Xavier toma una de las pistolas de los guardias
inconscientes y aprieta el gatillo casi sin mirar. Una de las balas impacta
contra uno de los contenedores de gas que hay en el laboratorio forense,
convirtiéndolo en un torpedo a presión que impacta contra Nimrod, dejándolo –
ahora sí – totalmente desconectado.
Al mismo tiempo, en Genosha, un debilitado Eric consigue
levitar hasta la terraza-atrio en la que se encuentra Scott junto a una
aturdida Jean. Los tres contemplan entonces como, al igual que hizo el primero
de los misiles, una docena de estelas de humo blanco marcan en el horizonte la
trayectoria de doce proyectiles nucleares más. Detener uno estuvo a punto de
dejar fuera de combate a Eric. Parar doce es algo imposible.
“O al menos lo es… para alguien que no tiene tu poder, mi
pequeña y dulce Jean.”. La voz es de Wynegarde y sólo la escucha Jean. Él
vuelve a estar a su lado y la mira, entre desafiante y pícaro. “Demuéstrales de
lo que eres capaz. Déjalo volar.” - Jason Wynegarde.
Jean se incorpora aprovechando que Scott está ocupado
ayudando a Eric a tenerse en pié. Ambos hombres ven como la chica se acerca al
borde de la cornisa. Ella les mira y los dos saben que está dispuesta a hacer
una locura. Scott trata de impedirlo, pero es tarde: ella ha levantado ya un
campo de fuerza a su alrededor, y los puños del joven son incapaces de romperlo.
La joven empieza a flotar en el aire, rodeada por el campo telequinético. Éste
se va haciendo más grande a medida que va subiendo, hasta el momento en que es
lo bastante grande como para dejar entrar los doce proyectiles. Las bombas
hacen explosión dentro del campo, provocando una explosión cegadora en forma de
pájaro de fuego que cubre la ciudad de Hammer Bay durante casi cinco minutos.
"En esto se nos fue todo lo que nos quedaba de presupuesto en f/x. Menos mal que era el final de temporada..." |
Para cuando Eric y Scott recuperan la vista, una lluvia de
cenizas cae sobre la capital de Genosha. Y el cuerpo de Jean yace sobre el
suelo de la terraza. Scott se aproxima a ella, temiendo lo peor. Pero en contra
de toda lógica, la joven abre los ojos… ha sobrevivido a la explosión de doce
cabezas nucleares. Eric, pese al inmenso despliegue de poder del que han sido testigo,
recuerda que el presidente Moreau aun puede activar el “Proyecto Exterminio”,
barriendo del mapa las infames “granjas” de mutantes. Eric encuentra a Moreau
en su despacho, hablando por teléfono. Para su sorpresa, el presidente
genoshano le tiende el auricular, asegurándole que sus superiores “preguntan
por usted.” Cuando Eric escucha la voz de Sebastian Shaw al otro lado del
teléfono, comprende que han sido títeres del Club Fuego Infernal desde el
principio. Por un momento, Eric piensa que Shaw jugará la carta del chantaje,
puesto que su hija Wanda sigue estando en la sede que el Club tiene en Nueva
York. Sin embargo, Eric no tarda en averiguar que los planes de Shaw son muy
diferentes.
“Puedo comprender que esté molesto e incluso furioso, señor
Lensherr. Pero créame: me repugna tanto como a usted lo que esos bárbaros
genoshanos han estado haciéndole a nuestra gente durante todo este tiempo.
Tengo influencias que llegan hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas y le garantizo que puedo agilizar las cosas lo bastante como para que
nuestra gente tenga un país al que llamar patria… y un líder que los guíe en el
futuro, señor Lensherr. ¿O debería decir… presidente Lensherr?”
Entre tanto, en Genosha, Jean y Scott salen del parlamento
para toparse con un escuadrón de magistrados que rodean el edificio. Antes de
que se inicie un nuevo tiroteo, Eric hace acto de presencia, frenando su
descenso mediante sus poderes magnéticos. Tras unos segundos de tensión, los
magistrados bajan sus armas cuando una orden se repite a través de sus
comunicadores. Jean y Scott no comprenden lo que ha pasado. Eric, sin embargo,
no parece sorprendido y se dirige hacia las cámaras de los periodistas que
rodean el parlamento. Jean, sin embargo, le corta el paso. “¿A dónde vas?
Tenemos que irnos, tenemos que volver a casa…”, le dice la joven. Eric se
limita a mirarla y a decir: “Estamos en casa.”.
Mientras Eric expone a Jean y Scott la nueva situación, a
miles de kilómetros de allí los coches patrulla y las ambulancias rodean las
destrozadas instalaciones de Isla Muir. Xavier contempla el cuerpo inerte de
Nimrod mientras trata de confortar a Moira, la cual le recrimina que le aseguró
que nada de esto pasaría. Que lo de Arma X no volvería a repetirse. En ese
momento, suena un móvil en el interior de las ropas de Nimrod. Xavier lo coge,
escuchando la voz de Trask al otro lado del teléfono. “¿Crees haber impedido
algo, Charles? Sólo has retrasado lo inevitable. Y si no… deberías estar viendo
las noticias.” Trask cuelga y cuando Xavier gira la cabeza, Moira le muestra a
través de su móvil las imágenes que están dando los informativos de medio
mundo. Todos se hacen eco de un “golpe de estado en Genosha” y muestra al
“misterioso hombre volador” que parece ser el cabecilla del movimiento rebelde.
De hecho, parece que está a punto de dirigirse a los periodistas que rodean la
plaza del parlamento genoshano. Con una mirada de desesperanza, Xavier sabe que
solo tiene una oportunidad de frenar el inminente desastre. Mientras marca el
número de su contacto en SHIELD, Xavier ruega a Dios que sea capaz de convencer
a Eric antes de tener que usar su último recurso.
Al mismo tiempo, Eric mira a los expectantes periodistas y
luego clava su mirada en Jean. Le ofrece quedarse con él, en Genosha. El
discurso de Eric parece hacer mella en Scott, puesto que ha vivido y compartido
con los morlocks lo que es ser perseguido y odiado, el no tener un lugar al que
llamar hogar. Y aunque Jean quiere creer que Eric será un buen líder y
conseguirá hacer de Genosha un refugio seguro, no confía en que eso suceda de
la noche a la mañana. “Volveré cuando haya convertido este sitio en un hogar,
señor Lensherr… si es que lo consigue.” Viendo como la joven le da la espalda y
Scott no tarda en seguirla, Eric se da la vuelta y se dirige con paso firme
ante las cámaras y los flashes.
Shaw tiene una oferta que no podrás rechazar, Eric... |
Sin embargo, antes de poder hablar, uno de los magistrados
se acerca a él. Le entrega un teléfono. Por un segundo, Eric piensa que se
trata de Shaw… pero al otro lado suena la voz de su más viejo amigo. “No lo
hagas, Eric.”. Escuchar la voz de Charles le enfurece: le deja claro que sabe
todo lo que ha hecho, las mentiras que implantó en su cerebro y cómo manipuló
su mente y la de su hija para esconder todo lo sucedido en Arma X. “Asúmelo, Charles:
voy a construir el refugio que siempre quisimos para los nuestros. Un lugar en
el que los humanos no puedan hacernos daño. Donde poder vivir en paz. ¿No es lo
que quieres?”. Xavier niega con la cabeza: sabe que sólo tiene que dar un aviso
a Valerie Cooper para que un tirador de SHIELD vuele la cabeza de su amigo con
una bala de plástico especial. Xavier juega su última carta: “Eric, lo que
estas haciendo… aun puedes pararlo. Aun hay tiempo de evitar una guerra.” La
respuesta de su amigo lo deja sin palabras: “¿No lo ves, Charles? Después de
todo lo que nos han hecho, ¿aun no te has dado cuenta? La guerra ya ha
empezado.”
En silencio, Xavier escucha cómo su amigo trata de
convencerlo para que se una a él, para que juntos puedan hacer de Genosha el refugio
definitivo para los que, como ellos, son temidos y odiados por sus poderes.
Pero Xavier se limita a colgar. A través del otro teléfono que sostiene en su
mano escucha la voz de Valerie Cooper, aguardando la orden. Xavier le pide que
retire al tirador. Acaba de perdonar la vida a su amigo… y no está seguro de
haber hecho lo correcto.
Al mismo tiempo, en Genosha, las cámaras captan las primeras
palabras del nuevo dirigente del país. Mientras su discurso se escucha a través
del planeta, por radio, televisión, internet; en pantalla vemos imágenes de lo
que sucede los días posteriores.
“Hoy, la isla de Genosha ha sido víctima de un ataque. Un
ataque con armas nucleares autorizado por fuerzas militares norteamericanas.”
Charles Xavier y Moira McTaggert bajan del coche,
contemplando la desolada mansión de Graymalkin Lane.
“Un ataque contra un país que ha tratado con atrocidad a mi
gente durante años. Una gente que ha respondido en el momento de mayor
necesidad de Genosha… salvando cientos de miles de vidas.”
En Genosha, desde el despacho del presidente, Eric contempla
como contratistas de industrias Shaw inician las primeras labores de
reconstrucción de la ciudad…
En la mansión, entre andamios y obreros, Charles revisa los
planos de un nuevo sótano que van a construir. Moira le trae un té y señala a
la ventana que hay tras él. A través de ella, Charles ve una moto pararse a las
puertas de la mansión. En ella viajan Scott y Jean. Por un segundo, Charles
piensa que quizá no esté todo perdido.
“Hoy es el primer día de una nueva era. Para Genosha… y para el mundo entero.”
Volvemos al presente, en Genosha. Tras un segundo en el que
sólo se escuchan los flashes de las cámaras, Eric pronuncia la frase que cierra
la temporada.
“Me llamo Eric Lensherr… y soy un mutante.”
- FIN DE LA PRIMERA TEMPORADA -
Escena post-créditos:
La cámara recorre los pasillos de un área restringida de
unas siniestras instalaciones militares. La voz del coronel Stryker, de Arma X,
suena decepcionada y furiosa.
“Su prototipo Nimrod ha resultado ser un desastre, señor
Trask. Si queremos poder estar preparados para dar una respuesta rápida y
eficaz frente al problema de Genosha… la verdad, espero que tenga algo mejor
que ofrecernos.”
La cámara atraviesa unas puertas y nos muestra una enorme
planta de procesamiento. Allí una serie de brazos robóticos terminan de
ensamblar una enorme figura metálica.
“Estoy preparando algo mejor, coronel. Algo mucho más
grande.”
La cámara se detiene ante la cabeza de la figura metálica.
Sus ojos se encienden con una inquietante luz rojiza.
“Dígame, coronel Stryker… ¿le he hablado del proyecto
Centinela?”
Coming Soon... |